Me encanta el alma viajera
que vuela hermosos parajes
disfrutando los follajes
que pintan a primavera.
Libre por la carretera
va rompiendo tempestades
con las puras libertades
que acompañan paso a paso
su pensamiento parnaso
destruyendo iniquidades.
Alma viajera que vuela
por los mares y los cielos
cual gaviota y sus anhelos
que dejando va la estela,
la estela de carabela
que va zarpando en los mares
con todos sus malabares
para evitar los peñascos
para esquivar los atascos
y aquellos fuertes nevares.
Vuela libre cual gaviota
rompiendo el viento galerno
porque el vivir no es eterno
cuando el porvenir se agota.
Vence el viento que te azota
en medio de tus trigales
como flores de cañales
que se mueven con la brisa
con aromas de artemisa
bañada por manantiales.
¡Vivan las almas viajeras!,
que van venciendo huracanes
volando como faisanes
sobre nubes pasajeras,
sobre lánguidas riberas
de aquel río moribundo
que después de ser fecundo
su caudal están secando
y su amor están matando
las desgracias de este mundo.
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