No quedan ni las cenizas,
ya no.Yo atizo,tú atizas
estos rescoldos que quedan
de lo nuestro.Solo quedan
verdades desenterradas
afiladas como espadas,
ojos que no miran nada
porque ya no queda nada
y silencios irritados
con sus reproches colgados.
Tantos besos para nada,
para forjar una espada.