Amanecer treinta y seis
Gracias, Dios, por tanto que me das.
Me has dado en la Monita el mejor regalo,
estos dias he aprendido tanto,
la fuerza del amor,
la voluntad,
el deseo de vivir,
la infinita fe en ti, señor.
A veces soy bastante pasado contigo,
pero seamos claros,
tu me mandas unas pruebas...
como para graduarme de arcangel,
yo soy justo,
trato de ser solidario,
pero... pues un modelo de hombre, tampoco.
Hay que cultivar algunos errores...
para que no sospechen.
Pero cumplo con amar a quienes me rodean,
como te amo a ti, mi Dios bonito.
La Monita estuvo muy despierta y atenta,
se ha burlado de mi e intenta reir,
esa es ella,
la tengo de vuelta,
en una versión diferente.
Será mas difícil comunicarme con ella,
pero mas fácil amarla, mimarla y en fin,
sé que lograremos cosas importantes,
a través del deseo de vivir.
Por ahora...
cambiamos el derecho a morir dignamente,
por el capricho de vivir placidamente.
Hoy la veo más hermosa,
menos melancólica,
acerco mi cara, semi cubierta
y siento energía,
como si me acercara a un reactor nuclear.
Es maravilloso sentir su piel tibia,
Me hace tanta falta su: te amo, mi cascas,
pero lo dirá un día...
mas no lo publicaré,
creo que moriré de emoción.
Ron Alphonso
30 de enero 2021