Entre la ruina y la riqueza, esta nuestra joya mas preciada, nuestra alma.
Una cosita de nada, que se nos puede perder en un suspiro, decía el gran Eduardo Galeano.
Es ella nuestro mayor tesoro, porque sin ella, los dias y las noches son un eterno peregrinar en el camino del no ser.
El mundo a nuestro alrededor puede cambiar de la opulencia a la miseria total, de la alegria al llanto, pero si ella, nuestra alma sigue viva, si no la hemos perdido, o la hemos cambiado por el misero pago del conformismo, si nuestra alma sigue alimentando con su fuego sagrado nuestras vidas, seremos conscientes de la relatividad de los tiempos en este mundo, de que todo pasa y que las noches mas oscuras se disipan en el sol de un nuevo dia.
Cuidemos y cultivemos el jardin de nuestra alma , es allí donde encontraremos refugio frente a los vientos y tempestades de la vida.
Es allí donde crece el frondoso arbol que nos sirve de sombra para refrescarnos en el cálido atardecer de un verano.
Ella, nuestra alma, es única e insustituible por ello al perderla, estamos condenados a ser errantes peregrinos en el camino de la desdicha.
Abramos el portal interior donde nuestra alma se refugia, donde se cobija del mal tiempo calentandose con el fuego sagrado que nos da vida.
Si buscamos en lo profundo de nosotros mismos y la encontramos, ella nos dirá donde se encuentra la senda de la felicidad duradera.
El Quijote de la Rosa 🌹