Todo el peso del dolor que albergaba, se fue escapando poco a poco, porque había dejado su sonrisa abierta.(Alejandro Díaz)
Hoy con el tiempo evoco
a ese personaje legendario
que en mis días de abecedario
me producía trasnocho.
Era el temible “coco”
que hasta una canción tenía
y así temor infundía…
¡Que estilo tan tenebroso!
Que angustia y que calamidad
nos sembraron en la mente
pensando que de repente
“el coco” nos comerá.
Que personaje tan grotesco
que nos infundió tanto miedo
recordarlo con cariño no puedo
pues todavía hoy, lo aborrezco.
Cuando cantes canción de cuna
no te portes como un loco
asustando con “el coco”
a tu inocente criatura.
Niños, duerman tranquilos
sus horas de bello reposo,
que no existe el famoso “coco”
yo que crecí se los digo.
Les digo a mis amigos pequeños
en este verso amistoso,
olvídense de ese “coco”
y tengan felices sueños.