El día se anuncia gris
con la tristeza de invierno,
mientras lánguidas horas
frenan ansias de amarte
y se quedan postergados
los sentimientos que nacen
en medio de las palabras
que se entrecruzan en nos
y avanzan airosas,
enlazadas,
para detener su marcha
ante gélidos vocablos
que frenaron alborozos
y obnubilaron miradas.
El gris instalado está,
mansamente todo cubre,
no se puede soslayar
y paraliza la voz
que no puede responder.
Los términos se esfumaron
en la mañana de sombras
que de pronto los cercó.