JM.Enríquez

Te invito a caminar conmigo

Te invito a caminar conmigo

Si tú quieres, te invito, a caminar conmigo. Saldremos en invierno, cuando el gris está abriéndose en un cielo teñido.

Las hojas grana y verde se entre mezclan con el marrón del bosque desnudo, entre el ruido del agua que se expande en los ríos, rozando las piedras que calman su ímpetu.... Cauces lentos y crecidos, discurren tranquilos, entre la vida que llevan dentro con un goteo de incesantes sonidos.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo, en el verano que calienta los cuerpos dormidos y confunden las almas y los sentidos, despierta los deseos y la luz del sol, quema los cuerpos expuestos a las miradas que inyectan como mosquitos el exceso de libido, de instinto básicos, de celo, de lujuria desvestidos.

No te prometo nada, que mis ojos no te digan, te veré de frente y a la cara, y si tengo un desliz... Es porque a mi vista le agrada la belleza que acompaña, el nacer del día, con aromas prendidos en las trenzas de tu pelo, que se mece con pequeñas ráfagas de viento de la mañana, que se despereza, dejando la noche y acariciando el alba.

Si tú quieres, te invito a descubrir caminos, caminos sobre la mar, caminos de tierra mojada.

Te prometo abrigo en invierno y sombra de terraza, que en verano refresca y la lengua desata.

Haremos el camino, dejando atrás el alba, hasta que en medio, se nos aparezca la primavera vestida de colores adornada. Despertando nuestros sentidos que abrigaremos con las palabras, palabras que brotan, sin saber de qué hablan, hablando de todo y de nada.

Si tu quieres te invito a caminar descalza, por la orilla de la playa, pisando la arena mojada, con la mar en calma.

Si tu quieres te invito, a correr y dar saltos de esperanza, intentando tocar con las yemas de los dedos el arco iris que nunca se alcanza, que se posa sobre nuestras cabezas alzadas, después de la tormenta, tormenta descargada. Que la lluvia moja, refrescando nuestras caras, refugiando nuestros cuerpos en cualquier rincón de cemento y pared descorchada.

Si tu quieres te invito, a caminar conmigo, por los caminos del mundo, por los caminos que nos muestren los senderos del alma, senderos que caminaremos juntos, para encontrarnos seguros, en los acantilados perdidos, donde lo bello se muestre y asusta lo desconocido, asomándonos lo necesario para ver la hermosura de lo tuyo y lo mío.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo. No te prometo nada, nada más que lo necesario y lo que llevemos en nuestros bolsillos.

Si tú quieres, te invito a descansar juntos, de la fatiga del camino, del cansancio, del hastío.

Si tú quieres, te invito a que hagamos nuestro camino. Sin mapas, sin brújula, a lo loco y sin destino.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo. Yo ya estoy dispuesto a andarlo, tengo ganas de recorrer-lo contigo, de descubrir lo nuevo, y acomodar mí ritmo.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo, habrá nubes y claros y trinar de pajarillos, paisajes únicos y desiertos con oasis incluidos. Descubriremos aromas nuevos, que despertaran nuestros sentidos.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo, a descubrir lugares, lugares que nunca hemos pisado y nuestros ojos han visto.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo., por esos caminos que al andar se hacen tuyos y míos. Y si el cielo se oscurece y la noche nos sorprende, nos buscaremos con la mirada, para no perdernos, bajo un manto inmenso de estrellas, descubriremos el cielo, con la luna meciendo menguada la noche y lo tuyo y lo mío.

Si tú quieres, te invito a caminar conmigo. Da igual quien marque el paso, lo que importa es hacer juntos el camino.

Si tú quieres, te invito, a caminar conmigo

 

®JMEnríquez