¿Dónde se encuentra metido?
aquel caballero amable,
que flexible como sable,
educaba nuestro nido.
Siempre volaba prendido
a las alas del valor,
no distinguía color.
Llegando al hilo el encaje,
lucía un hermoso traje
de circunspecto doctor.
Más por los gestos de un mudo,
que a su manera saluda,
busca en el “ñato” la ayuda
cuando riega su estornudo.
Nadie responde el saludo,
al caballero cortés,
cuando le miran los pies
no le miran la cabeza.
Es sorda la gentileza
en este mundo al revés.
¿Dónde está el hombre educado?
al despertar nuestros días,
hoy las mañanas son frías
y el arrebol congelado.
Engreído exagerado,
se cree más importante
y en la noche, el muy pedante
quiere llamar la atención.
Firmeza en la educación
y sigamos adelante.
El saludo forma parte
de nuestra gracia genuina,
con elegancia domina
mientras se esgrima con arte.
Llegando a ser un baluarte
del amable caballero,
cuando se quita el sombrero
para hacernos reverencia.
El respeto por herencia
saluda desde el postrero.