Llaman a las moradas de la muerte
los niños de las estampas de San Pedro,
viven demasiados horizontes dentro
de sombras rencorosas y locas
no me atañen los vínculos obtusos
llenos de asco de los comensales
no sabía que esa mujer era tan linda
lo que si sabía era que en Omán
se hacían carteras con las vaginas de sus muertos