Raiza N. Jiménez E.

Venezuela: Mujer y Joya .-

Tierra mía, una joya siempre has sido, para los aventureros.

Esos que buscaban tus entrañas, para saciarse en tu cuerpo.

La lujuria de sus excesivas y envilecidas pasiones probaste.

Oculta de los prisioneros y bandoleros de la Europa estabas.

No sabías de mal y reposabas adormilada en tu abundancia.

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Nada era distinto, todo era igual y rutinario, en tu paraíso.

Quiso el destino que te presintieran y adivinaran tu valía

Llegaron a destruir tu belleza y  a sembrarte de corrupción.

Tus hijos corriendo estaban, para librarse de los jinetes que,

con sus barcos cargados de armas y paludismo acá llegaban.

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La destrucción y la lujuria, desconocida hasta ahora, se hizo

de la sagrada inocencia en el vientre de tus vírgenes hembras.

Esclavitud y deshonor destruyeron el corazón y la hombría…

No hubo piedad en los sátrapas que extirparon de tu alma el

botín que excedía allí en tu suelo y plantaron preñez con dolor.

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Sometidas fuiste mujer y tierra y, para nada sirvió, tu negación.

El secreto del sincretismo con que se tiñó tu fe y tu sangre hizo

el milagro de este suelo y su dama, llena de ricas piedras y joyas,

insufló en su virtud el prodigio de parir hijos de rebeldía y valor.

No hubo retorno y, los unos y los otros, formaron un solo pueblo.

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Pero, la naturaleza exige su origen y raza  y, su trascendencia vital.

Tierra arrasada fue la recompensa, para tan altruista bienvenida.

Nunca la esclavitud fue considerada en el trato y hubo malestar.

Los mercantes se repartían los tesoros que incluía a los nativos:

Señores caciques y princesas, despojados de su rango con fiereza.

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Solo la decisión férrea de uno de esos hijos, que pariste del invasor

tuvo educación y consciencia, para entender tu desgracia y dolencia.

Se hizo un alumno con sus maestros que les hablaron de ti y te amo.

Tanto te apreció y respetó que, por ti entregó su vida  y en post de tu

liberación, cabalgó los mil caminos, y logró echar los tiranos de suelo.

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¡Venezuela adorada, por Bolívar y sus soldados, hoy tu pueblo anda

en desdicha, con tu espada se abre caminos, por la libertad anhelada!