Destilan eternidades
las palabras...
y de silencios avarientos
se visten los cometas,
relampaguea la estirpe
del labio enardecido...
y entre otoños
se nos agosta triste
la esperanza,
porque es de acero...
el lirio enamorado,
desasido
lánguidamente...
en el invierno descuidado
de su alma.