Gotean pesadillas y silencios
por el grifo oxidado de mi pluma
goterones que manchan la cuartilla
sin que el agua redentora fluya
Hay sequia en el alma y en el cuerpo
silencio atronador que nos desgarra
soledad compartida y asfixiante
miedo, rabia, hastio y añoranza.
Los candados chirrian en la noche,
los presos desesperan en sus celdas,
las campanas desgarran profecías,
los clarines nos llaman a la arena,
a una plaza sin publico ni orquesta,
sin diestros, sin pañuelos sin banderas,
a un paseíllo directo al matadero,
a un coso donde aúllan las sirenas.
Hay que poner mascarillas a los medios,
vacunarnos contra la incompetencia,
esgrimir las espadas del coraje,
galopar sin arreos ni montura,
escupir nuestros miedos y miserias
y escapar del penal que nos tortura.