Como si nada fuese incierto
te desplazas
por el sendero intrínseco de la devoción.
Sueñas con verdades eternas,
con el vértigo crepuscular
del momento prohibido de la entrega.
El recinto secreto de tus noches,
donde el deseo se mezcla con lo eterno
arde sobre hogueras de impaciencia.
La vida transcurre
y desearía
detener la sucesión del tiempo.
Ojalá pudiera acariciar tu mundo
y encontrar el punto cenital
que implica la pureza de tu alma;
desearía ser sol de tu paisaje,
nube de tu cielo,
viento
para acariciar con solicita ternura
el negro sortilegio de tu pelo
El horizonte refleja tu mirada
y mi voz
es la plegaria que te nombra sin reproches.
Autor…reh