No hay color en la poesía,
pero se puede teñir,
darle un toque carmesí,
revestirla de alegría
y que parezca feliz.
Al brotar del corazón
llena está de sentimiento,
carece de pensamiento
y adolece de razón,
siempre libre como el viento.
Son motivos encontrados
los que inspiran la poesía
siendo la melancolía
con su aspecto de nublado
la que mejor quedaría.