Lloran las palabras
de recelo...
y un torrente de silencios
se atempera,
en las tardes...
entre espinas se revelan,
desasidas de la herida
que se advierte,
y es de nardo
la esperanza aventurera...
desbocada en la frente
de la noche,
entre rosas de lagar
y primavera...
entre labios
deshojados
por su broche.