Al cruzarse tus ojos con los míos
me atropellaron en el pavimento,
desde esa vez no entiendo lo que siento
y laten doblegados por tus bríos.
Mis ojos pierden a tus desafíos,
pero insisten y buscan otro intento
mas como naufrago solo y sediento
se arrodillan por tus guiños impíos.
No entiendo como me rendí en la praxis,
si en secreto desnudé tus pestañas
y até a tu avasalladora sintaxis.
Siempre a pupilas inocentes dañas,
me miras e involuntario en mi taxis
a un corazón enamorado engañas.
Luis. Angel Castillo Aguirre
Los Derechos Reservados // 03-02.2021 //
Foto tomado de Red