Somos jugadores de este gran tablero llamado vivir.
Perdí.
Perdí de la manera en que estaba por quedarme estancada en el pasado porque no me daba cuenta que lo que necesito es perdonar y no simplemente olvidar.
Tengo que empezar a jugar de nuevo y demostrarme a mí misma que cambié. Que tengo la suficiente confianza en mí para poder avanzar.
Sé que duele, duele recordar todo lo que pasé, todas las lágrimas que derramé y que los jugadores causantes simplemente ignoraron. Es irónico ver que aún pienso en el tema y ellos siguieron contando casillas.
No los culpo, me culpo a mí misma por no saber las reglas del juego, por no buscar al equipo correcto que me dijera que estaba bien ser diferente.
Son parte de mi pasado, pero están en mi presente como lección de vida, en un futuro les prometo que no estarán.
El mundo es así.
Conocemos, amamos, odiamos, dejamos ir. Afortunados aquellos que conocen, aman, y murieron amando.
La vida es así.
Debemos avanzar tomados de las manos de las personas que merecen compartir con nosotros ese sentimiento de estar vivo.
Ya no hay miedo en mí. Al fin puedo cerrar mis ojos y a la vez sonreír pues me tengo a mí misma y eso es suficiente.
Ahora es mi tiempo, son mis reglas, es mi juego.
Empecemos otra vez.