El Peregrino Azul

DESPERTAR ARBOLEDANO

Disipando la penumbra
de caminos y veredas,
un sol tibiecito alumbra
y acaricia mi Arboledas.

Maravillado contemplo
como huye la oscuridad;
se ilumina nuestro templo
Santísima Trinidad.

Se levanta un nuevo día
presagiando mil calores
y así, con la Eucaristía
se reanudan las labores.

A cuidar los animales,
a dirigirse a la escuela,
a labrar los cafetales,
a producir la panela.

A cumplir nuestros destinos
metiendo cariño y manos,
de orgullosos campesinos
y buenos arboledanos.

Una nube grande y rubia
se posiciona en el cielo,
derramando suave lluvia
que refresca nuestro suelo.

Con acelerada prisa
cada quien en su quehacer
ve como el día agoniza
y llega el anochecer.

Nuestro pueblo así descansa
entre penas y emociones;
manteniendo su esperanza,
recibiendo bendiciones.

©πŸšΆπŸ‘£πŸ‡¨πŸ‡΄ El Peregrino…