Eduh Siqueiros

Y AHORA QUIERO QUE TE MUERAS

Creo que fácilmente puedo: matarme, morirme,
desangrar mis esperanzas, asfixiar mi fe, anegar mi espíritu...,
ahora que tu presencia en todo mi ser:
mente, corazón y alma, es tan vívida -sin tu voz, sin tu piel,
sin tus silencios, sin tu dolor-
y ahora es más fácil inhalar y exhalar sin respirar,
con la sangre helada circulando entre mis venas y mis arterias.

Ahora que camino sobre el cementerio de mis miedos,
creo que fácilmente puedo ponerme a salvo
dos metros bajo tierra en el refugio de mi ataúd.

Creo que fácilmente puedo: consumirme, quemarme,
carbonizarme en las llamas infernales de mi desolación,
ahora que me besa la angustia reconstruyendo tus labios inertes,
ahora que me abraza la desesperanza
materializando tus brazos petrificados,
ahora que me acaricia el hastío simulando tus manos cadavéricas.

Sé que no volverás porque ya no te importo
al creer que nunca me importaste,
sé que te fuiste porque creíste que no me importabas,
mas me importas más que nadie, más que nada, más que todos.

Y ahora quiero que te mueras y morirme definitivamente,
morirnos los dos simultáneamente,
que si no nos unió la vida que nos una la muerte.

Mi amor, porque has de ser sólo mía más allá de la vida,
porque he de ser sólo tuyo más allá de la muerte.

Te esperaré eternamente. Cuídate bien, cuídate siempre.