Frente a tanta riqueza
al ver la pobreza reinante
a un viejo caminante
se le ocurrió pensar
“por aquí, Dios no pasó”
Fue para mí un ¡párate!
y me detuve a meditar
¿qué nos llevó a esta situación?
Somos un país rico
con climas favorables,
minería y tierras fértiles
que si se aprovechan con honestidad,
nos haría grandes de verdad.
Alguien debe cargar
con la responsabilidad
de tener tantos pobres
en estado de indefensión,
pobres, que hasta la esperanza
de un mañana, han perdido
No podemos dejar en el olvido
los nombres y apellidos
de los culpables de este crimen
de lesa humanidad.
Si escarbamos en la historia
descubrimos como responsables,
a muchos de nuestros gobernantes,
de distintos colores políticos,
corruptos sin atenuantes,
que se robaron hasta los sueños.
Hoy, buscan desesperadamente
huir de las garras de la justicia,
que, con algunos jueces honestos,
los persigue implacablemente
para que devuelvan lo robado
y paguen con cárcel
los delitos comprobados.
Es hora de que llegue el malón
de hombres y mujeres decentes
que alguien prometió alguna vez
para que trabajen por el bien común
y los ciudadanos volvamos a creer
que en nuestra Argentina
se puede trabajar y vivir feliz.