Amanecer cuarenta y dos
El mundo no quiere girar
y yo no tengo fuerzas siquiera para existir.
Mis esfuerzos resultan vanos a los ojos de todos.
Nunca esperé nada a cambio,
porque esto no fue una elección,
sino un acontecimiento fortuito,
asi parezca que también de ello tengo la culpa.
Hoy me vuelvo a sentir reo,
desde siempre el hombre ha juzgado,
a quien menos lo merece,
la sed de encontrar culpables,
por encima de soluciones,
los lleva a causar mas heridas,
que las que pretenden endilgar.
No dejaré mi lucha por ti,
asi tenga que enfrentarme al
mismo Belcebú.
Ron Alphonso
5 de febrero 2021