FRAGILIDAD
En el silencio, el atardecer
alarga sus sombras infinitas
descendiendo las escaleras
de las casas de enfrente,
con los niños en medio
–jugando sin tiempo–,
parando el reloj
con cada sonrisa efímera
mientras el viento
se mese entre los árboles
quedando atrapado
entre los colores del atardecer.
LMML.