Pareces de acuarela, te disuelves en mi agua y me amedrentas
cada vez que el tiempo se para en tu almohada.
Puedo decirlo más alto, no más claro: eres futuro.
Lo repetiré hasta que los cielos ardan.
Y yo qué sé, si he perdido la fe en este bosque de olvido y ya lo asumo,
si es que mira, esta noche, a lo sumo
seremos uno contra uno
y contra tu cabezal.
Para luego despertarme y oírte respirar.
Pareces de acuarela, te disuelves en mi agua, te fundes con mi sangre y me amedrentas,
Siempre, para que el tiempo calle y nunca yo.
Podré decirlo más alto, pero no más claro: eres futuro.
No queda brecha, no queda muro.
No queda un pedazo de mi esencia que se declare mudo.
Y yo qué sé, si he perdido la fe en este bosque de olvido y ya lo asumo,
si es que, mira, esta noche, a lo sumo,
seremos uno contra uno
y contra tu cabezal.
No me arrepiento de haber elegido despertarme sólo para oírte respirar.