e giré hacia un costado
noto la figura ausente
el silencio impregnado
en el ambiente.
Falta la sonrisa
de aquella curvatura de su rostro
la torcedura menguante
de su espalda al despertar.
La casa se pregunta:
¿Quién falta?
Hasta la mañana tupida
se olvidó de su paleta de colores
miro hacia afuera por la ventana
se ha estacionado el otoño
en nuestro edén
El frío seco con su gélido
Aliento marchitó las paredes
que tornaron algo pálidas.
Nubes ásperas
se apoderaron de tu figura.
Allá afuera
Nadie me espera.
Una vez más sólo en casa
El gusto rutinario cansa
La alarma no cesa
Los segundos
Se tomaron una recesión.
Juntó a los minutos aguardando
Una decisión.
El corazón se mantuvo cautivo.
Las palabras les cautivó
las líricas de alguien más
con el agravio de una solitaria
nota.
Parece que no tienen definido
Un fin, soy como un alfil.
Sin una dirección clara,
una brújula con un sentido
Averiado, con caminos variados
Pero temo terminar varado
Siempre fui un ilusionado
Pero siempre termino decepcionado
Pero más duele cuando
Te sientes herido por dentro
Y tratas de encontrar
Las palabras para decir
que lo asimilas cuando por dentro
llueve a cántaros cuando
Sientes que algo falta
Y el espacio está tan lleno
Pero a la vez vacío
¿Qué estás fumando?...
que la humareda en la penumbra,
se multiplica
se va esparciendo por el mundo
y la densidad del humo mortifica
la respiración de un poeta moribundo
que suplica.
Seguir viviendo…¿qué significa?
si todas las recetas vienen impregnadas
con la unción de la muerte
avisale al cura que ni se moleste
en bendecir los tejidos del sudario
que si hay novedad en el purgatorio
le mandaré un recado con algún demonio
de los que recibe en el confesionario.
Son giros que ocurren en la mente
sobre la sinuosidad de la nostalgia
distracciones coartadas por la magia
veneno insípido de una serpiente
que si bien no mata, impreca y duele
y es entonces cuando tu conciencia
siente duelo y en tu alma llueve
Heridas que son, un mar cicatrizado
y manantiales anunciando que el olvido
nunca suele ser remedio demasiado
cuando la soledad, trae el ímpetu de río
en las ausencias, que dejaron un vacío.