Marcos Reyes Fuentes

TODA LA NADA

Érase un silencio que gritaba

Una lágrima que alegraba la tristeza

Una sonrisa que dolía entre dientes en lo hondo

Un hasta Luego que no dejaba de marcharse.

 

Una pausa que no paraba nunca

Un infinito  tan fatuo como los luceros

Entre dos manos de piedra  que  aún tiemblan

Erase mi sombra luminosa y  yerta.

 

Érase un futuro  que dejó olvidado su mañana

Un pasado que ya no cuenta  historias

érase un presente que nunca se  acababa.

... y quién podría batallar en este cuento

En esta enredadera de girasoles blancos,

De gravedades psicodélicas y humo,que no atraen compañías, que no abrazan desencuentros

Ingravidez impúdica de tempestades que habitan los ombligos

De  colores sordos

De sonidos blancos

Quién   batallará  entonces  navegando estas  frases de laberíntica  lógica, como boca sin dientes

Como río sin fuentes, que te quieren decir  mundos y nunca dicen lo que sientes

y están ahí esperando desesperanzadas.

Viendo  cómo sobrevives o cómo naufragas.

 

Érase tal vez un hombre que versaba

Érase tal vez un verso solamente

érase también dentro del todo de tus ojos

la indiferencia que llena la nada.