El cielo estuvo de fiesta,
los angeles cantaban
para celebrar tu llegada.
El cielo estaba despejado
porque Dios ya te estaba esperando
para tenerte a su lado
junto con los que se adelantaron.
Entre aplausos te recibieron
y con llantos te despedimos,
si me ves desde allá
y me ves que ando mal;
recuerda que no es fácil
seguir en un mundo sin ti
y que por más que lo intente,
tú recuerdo sigue en mi mente
cuando en la noche hago oración
para rogar consuelo en mi corazón.
Dios, me debes una explicación
¿Por qué se fue él y no yo?
Tú sabías que yo ya no podía
pero te llevaste su vida y no la mía.
Cuando esté allá tenemos que hablar
y muchas cosas aclarar,
porque aunque nada puedo exigir
tú sabes la falta que hace aquí,
y lo difícil que me es vivir
sin poder tomar su mano
para decirle cuánto lo amo,
darle un fuerte abrazo
aunque sea por última vez
porque solo quiero volverlo a ver.