Tu libertinaje es mi amuleto.
Lo llevo intrínseco en los muslos
Calentándose con el estupor de tu aliento.
Como máquina de vapor que derrite la estepa de mi fuero.
Te siento reververarme los órganos con ahínco
La anarquía de tus manos destierra mis anhelos.
A quemarropa te declaro el bullicio de mi lengua viva
Como clave inresurrecta de mi luz de estraperlo.
Me sublevo inortodoxa, contra el que dice que no debo.
De la saña que fortifica tu patrimonio
ubicado en las palmas consternadas de un ocaso,
Cuna del polvo resiliente de tu oscuro ego.