Se me antoja en este inmenso país
dos tendencias difíciles de definir:
Un trampantojo que engaña al ojo
juega con el entorno, la perspectiva,
los efectos, el ilusionismo…
Es mural de acentuado realismo que
pretende aparentar, múltiples objetivos,
puede ser espectacular y,
su arquitectura contrasta impresiones,
modifica el espacio, deforma la realidad,
y todo, en apariencia mundana, cual egocéntrica
Bicéfalo, si, como escudo,
protegiera la fachada
con alma doble, permite,
rebuscar formulaciones complicadas
con fragilidad inicial.
Doble camino ha de tomar,
en contradicción con el pensar,
de una nación con dos ideas:
la supremacía blanca y los esclavos agradecidos.