Te ame entre las páginas húmedas
De un librero, deje liberar de tu cansado
Aliento un enjambre de orgasmos.
Desarme cada parte de tus átomos hasta llegar
Al éxtasis, bebí del elixir de tus labios.
Dejé en libertad mi pasión
Dejé sin compasión tu pellejo lleno
Con besos trazando el estrecho de tu pecho.
Miro al techo y me deshecho
En esta habitación que hicimos nuestro
Lecho voy a los hechos de un amor
Que germino entré unos pocos escombros
En ellos se escondía una delicada rosa
La cual hice de ella mi musa.
Deje reclusa en mi persiana
Deje que te posarás como mariposa
Al son de luminosos rastros
Que dejaban los astros.
Logre encontrar en la oscuridad diamantes
Brillantes en tus ojos.
Por eso entre estos despojos
Escribo con el orgullo roto
Con tantas ilusiones deshechas...
Una vez que te marchaste
En tu cara no dejaste
Ningún rastro de tristeza,
Aún que te diré con certeza
Que al mirar tu sombra te delataba
Tras el velo lágrimas recorrían sus pálidas mejillas.
Tras las rendijas
Trataba en ese entonces
Asimilar la tristeza que recorría el alma.
Buscaba razones... no había ningún motivo
Por el cual quedarse.
Anidaba una razón en algún lado?
Pero quede como un fulano
Y como una estatua miré el suelo
Mientras te escapas juntó las últimas
Capas de luz del atardecer.
Traté de decir algo, pero no me salió nada.
Dejé que pasará, así como cuando sientes
Que es tarde sólo hay que asimilarlo.
Aceptarlo de algún modo.
Quería detenerte pero mis pies se aferraron
Al lodo del piso. Ni siquiera encontré una razón para que no te vayas y al igual que un lobo te lloro por las noches de luna ausente.