Ella mira hacia el infinito con ternura,
Sus pestañas abrigan tantos sueños y
sus labios son versos que se curvan en poemas.
Y yo, de muy, muy lejos la contemplo.
La juventud inquieta, aún danza en su mejilla
Es como una Eva, la raíz, el canon, el fuego de la musa;
La idea que emergió victoriosa de cualquier costilla.
Su piel es un desierto en primavera
Y su cabello es el mar tentando al viento y extasiando el horizonte
Y yo, de muy, muy lejos la contemplo.
Y haciendo un osado esfuerzo y sin permiso
Intento decodificar la magia que le habita.
y pretendo atraparla entre palabras.
Pero ella trasciende el adjetivo que concibo
Y se va por los senderos del suspiro, abrigada de metáforas
Y aun así, yo que soy terco, pretendo atraparla con palabras
Con palabras extensas como sueños, profundas como ecos
Sutiles como la mirada con que la miro desde lejos
Y mientras pasan las horas como aves,
se escurre el tiempo como gotas de lluvia entre las manos
como la tinta que da forma a estos versos.