Tétrica visión desde mi otero;
calles vacías, triste caminar
del sujeto embozado sin mirar,
la senda que el helor deja fiero.
Temor agrio del virus traicionero,
habitando con triste estratagema
en el cuerpo inconsciente, que blasfema
con su actitud: pasiva, involuntaria,
precipitada y soez, -no sanitaria-
la gente irresponsable por sistema.
Soledad que presiento en esta vida,
negros sueños surgidos, que desvelan
en despertar nocturno, y desconsuelan
la falta de abrazar, y que no impida
recrear color del beso que decida
el calor acogido y dilatado,
espera a la frecuencia del pasado
el deseo de abrazar mi descendencia,
ansío prontitud, y más paciencia
por la espera abrazada, en lo deseado.
Impúdica conciencia, de desmanes
osados que, ejecutan desalientos
sociales a la gente, que en lamentos
sufren desamparados ademanes.
Maldades inconscientes, de “alacranes”,
que actúan con codicia y egoísmo
con paroxismo oscuro, sin civismo,
para la sociedad dócil y aislada
obediente a la ley recomendada,
nos lleva a la actitud con pesimismo.
Roberto J. Martín
Febrero 2021