Oh flor divina que no perteneces a ningún jardín, eres la más hermosa del rosal, creciste diferente a las demás y sobre todas te dabas a notar, a tal punto que nadie te podía dejar de halagar.
La lluvia es la mayor bendición para una flor, a si quiero ser en tu vida, no cualquier lluvia, esa lluvia de noviembre a marzo, finalizar en ti como lluvia de primavera y verano, la más productiva para ti mi amada flor.
Ser esa lluvia que penetra en tus raíces y llenarte de nutrientes, embellecerte cada día, quitar el polvo de la melancolía, alegrar tu vida flor mía, que mires a tu al rededor y veas que creciste diferente a las demás, seré tú lluvia en la sequía.