Juré arrodillado ante mis versos
Como juran devotos los poetas
Que fue con la tinta de tus besos
Que transcribí mis últimas letras
Con mi paz callada y temblorosa
Se abrió para siempre mi cicatriz
Y ahora, tus palabras tentadoras
Me tratan cual incauto aprendiz
Tu sombra a mi luz desconcierta
Cuando dice que regresa al amor
Lo siento, mi alma yace desierta
Ya no quiere escuchar ni tu voz
Me dejaste al borde de la muerte
Aunque hablas de volver otra vez
Me abandonaste a mi peor suerte
Y ya no puedo volverte a querer
Por ti renuncié a toda mi inocencia
te apropiaste de mis mejores años
tú fuiste la heroína de mi ausencia
y la crúel protagonista de mi daño
me aprendiste a vivir en soledad
con la incertidumbre de mi agonía
y hoy, que disfruto de mi libertad
ya no me interesa tu cercanía