No se si fue una buena ocurrencia de Oscar el involucrarse asi de este modo tan feroz en mi vida.
Yo hasta esta ese momento era un hombre normal y moderado.De todo un poco era mi máxima y vivía conviviendo con mis seres queridos en grata armonía.Hacía por supuesto pequeñas obras de caridad y me relacionaba bastante bien con la sociedad y comunidad en general.
Pero cuando a Oscar se le ocurrió presentarme a un pintor que hacía retratos ,tal vez por una cierta vanidad quise hacerme uno para tal vez ponerlo sobre mi chimenea como un recuerdo para mi descendencia cuando yo hubiese muerto.
El retrato me encantó cuando lo vi aunque ciertamente el pintor había resaltado en forma exagerada el decir de mi rostro no tomando en consideración mis sencillas y normales acciones frente al prójimo,siempre ponderadas y nada de exhultantes.
Y ahí Oscar intervino de nuevo draconianamente convirtiendo el retrato lentamente en una deformidad grotesca y malévola.
No se en que mente distorsionada y maléfica pudo metersele está idea de causarme daño intencionalmente y yo asustado escondí el cuadro en una habitación vacía que tenía en mi casa para que las visitas no pudieran ver en el engendro en que me estaba convirtiendo.
Debí haberlo destruido pero no lo hice sólo con el afán de volver a ver mi retrato en su versión original.Pero ello no ocurrió todo al contrario ,mi retrato mostraba a un ser repugnante e inmoral.
Yo pensé en Oscar y sentí un gran odio hacia el y predije en mi interior que el también sucumbiría a este cruel destino que su soberbia le cobraría en la vida.
Y así ocurrió y fuimos ambos cobrados por el destino ,el pasando por la cárcel y yo al no poder dormir tratando de envenenarme.
Cosa que haría ahora mismo si no fuera que yo era su invento que en su propia piel el pagaría.