Soledad ,
mi eterna enemiga,
los recuerdos son mi pasado,
y tu la pena de mi vida.
vivir,
muriendo en agonìa.
No es necesario ,
estar ficicamente muerta,
para sentir y escribir,
en vida de puede morir,
y nunca percibir,
el olor de tierra sobre tí.
Cadenas negras que arrastran,
tirando del cuello,
pasando por un pasaje tan negro,
verdugo de mis recuerdos.
A sì ,
como esperanza llegaste,
del amargo letargo me sacaste,
pero tù mismo te encargaste,,
y mi ser màs hondo enterraste.
Por segunda ocasiòn me equivòco,
por segunda ocasiòn, muero de herida,
ya no me importa la perdida de mi vida.
Cuanto pesa la losa como
marca de Diosa,
que en mi cuerpo reposa.
Camino infinito,
escapar no podrìa,
de eso se encargaròa
mi cruel destino,
dìa, con dìa.
Soledad ,
mi eterna enemiga,
como amigas
siempre vamos,
haciendo amena
el vivir y morir en agonia.