YO CLAUDIO

SONETO 3

 

 

Inmóvil la princesa se ha quedado,

como muñeca de cera en un instante.

En su mirada se ven unos ojos grandes,

en sus manos un ramo de rosas apretado.

 

Se ve en ella un miedo in-controlado,

sus manos y sus labios delirantes.

En su madre unos ojos pensantes

en su padre se le ve con rostro preocupado.

 

La llegada de un hombre que entra al salón,

Quien se acerca despacio a la dama

Pregunta el padre que hace aquí el peón

 

un silencio en la iglesia y la mía campana

la oración del gitano que va de paso

corriendo la princesa, cae enamorada en sus brazos.