Mis huesos se poblaron de musgo.
Mis huesos, tan lascivos y amargos,
se contagiaron de suelo. De
tierra, y de arena, viejas, antiguas.
Mis huesos, tan llenos de polvo
y fragmentos de cooperativas.
Mis huesos transmutaron su esencia.
Y fueron monarcas de su propio cetro,
mis fémures y mis largas extremidades.
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