Hoy pienso dar un recital,
que mis pies se muevan,
y escribir rosas sin rosal,
para que mis sentimientos
no mueran,
no se esfumen,
no perezcan.
Que la tinta de mi corazón,
te escriba gracias,
y que la agilidad de mis manos,
te regale una canción,
hecha con migajas de luna,
y retazos de mi alma.
Sin rima,
o con ella,
sin sonrisa,
o con ella,
te voy a recordar,
como la nota de la canción,
el verso del poema,
la página del libro,
la batalla de la guerra,
como en medio del caos la bondad,
el recuerdo tuyo,
del bello reflejo físico de tu felicidad,
tu sonrisa.
Voy a mirar al cielo,
al mar,
y al amanecer,
exigiéndoles que sean,
de belleza extrema,
porque solo eso merecen ver,
los vitrales verdes,
que tiene tu alma en la cara;
algo tan bonito,
como la mirada de ellos,
y algo tan hermoso,
como la esencia
de quien los maneja.
Cuando mire a la luna,
le voy a cuestionar
porque se esconde a veces,
solo para confirmar,
el dolor que padece,
de compartir el mundo,
con su hermosura estática,
con la tuya que todos los días crece.
Y es que,
Si mil vidas vivo,
mil veces te busco,
mil veces te verso,
mil veces te beso,
mil veces,
te amo,
mil veces… te elijo.