Bajo la sombra recia de aquel pino
he guardado mi alma vagabunda.
He llorado mi pena más profunda
a solas, por rincones del camino.
Sangré y sangro en el día peregrino
en los instantes, donde va rotunda
la flecha envenenada y nauseabunda
que recuerda , desidia del destino.
Con humildad, Tristeza, no me llames
no estoy visible para nadie ... Noche
cúbreme en tus reflejos impetuosos
Para saldar la Muerte por infame.
Tengo un solo pecado y fue derroche
de amor , en ecos violentos e impetuosos.-
Amalia Lateano
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Febrero 2021