Para algunos puede causar comezón mis tiernos besos.
Otros disfrutan mi canto de ave, con musicales versos.
No me gusta medir las palabras, prefiero pesar los corazones.
Me encanta, visitar las almas, surcar sus aguas, sus emociones.
Cuando leo mis escritos, bendigo a Dios que está conmigo.
Apenas muevo las pequeñas letras, como fichas de ajedrez.
Empieza la magia, nace un nuevo mundo, con cero estrés.