No, no es fácil olvidarte
porque queda la esencia
de tu divina presencia.
¿Cómo dejar de amarte?
Si aquellas madrugadas
enredada en tus brazos
unieron nuestros lazos
y nuestras tiernas miradas.
Los besos que me dabas
dulces locos apasionados
quedaron por todos lados
cuanto, cuanto me adorabas.
Si vives en mi pensamiento,
latido eres de mi triste existencia
cuanto me duele tu ausencia
aquí hace falta tu aliento.
Ma. Gloria Carreón Zapata.
Imagen tomada de Google.