Ayer... Felizmente reía y cantaba.
Ayer... En este mismo lugar...
Mi amor, Mariana...
De felicidad y alegría,
(ya que fue su cumpleaños)
alguna que otra vez lloró,
pero ¡Dios mío!
Como su cuerpo bailaba...
Ayer ¡ Dios mío ! ¡ Eso fue ayer !...
Hoy... Estoy aquí en el mismo lugar,
Solo. Sentado, escribiendo,
¡llorando de rabia!...
¿Por qué
ayer me dabas la vida
y hoy la quitas y no me llamas?
Te llevaste a un amigo
y no me dijiste nada...
Me enteré por la calle,
en un bar, mientras allí desayunaba.
¿¡¡Dios!!? Me dolió tanto...
Pues preguntaba por él,
sin saber que te lo llevaste,
y a mí, ni siquiera me avisabas.
Este dolor que ahora siento,
no de pena, sino rabia...
No es porque te lo hayas llevado,
(contigo está mejor, señor).
Es, porque sin saber que estaba muerto...
Esa misma noche
otro amigo y yo,
en nuestro bar, hablábamos de él,
jugándonos una diana...
Es triste señor, es triste.
Hoy solo, aquí en mi barra.
Llorándole a un amigo.
Sentado en el mismo lugar,
que hace unas horas...,
a mi amor yo le cantaba.
5 de Mayo de 2012 a las 20:28 h
(Ermanué)
Poema en memoria de Antonio “el loco”.