Sabes que tienes el encanto en la mirada
Con un trino de pequeñas avecillas
Y miras como dando una estocada
Que hace espacio más allá de las cosquillas.
A veces te descubres cual un niño
Y extrañas la atención como los gatos
Pero si no te dan, tu das cariño
La fuerza de un gigante habita tus zapatos.
Y a pesar que sabes que este mundo es tuyo
Lo tomas con la sencillez de mujer franca
No escuchas la lisonja que hace su barullo
Prefieres el silencio que da la puerta blanca.
Decides ya tus pasos con paciencia
Que hace ya virtud en tus pocos años
Destierras gradualmente la inocencia
Prefieres disfrutar cada peldaño.
Augurios que florecen en tus sienes
Han de pintarse de colores en tu ceño
Yo sé que serás más grande porque tienes
La mirada siempre al norte de tus sueños.