Vuelvo a ti cada hora,
a compartir tus momentos,
la calma de toda la calma
y el silencio en el silencio.
Vuelvo a ti cuando duermes,
a vigilar tus hondos sueños,
a seguir tu clara ausencia
entre suspiros sin cielo.
Vuelvo a tu rosal sin rosas
en cada tarde de invierno
a regar flores sin pétalos,
entre luces sin luceros.