Lluvia.
Leve cortina
de minúsculas
gotas de cristal.
Los paraguas
son flores multicolores.
Por mi rostro
se deslizan
gotas y lágrimas.
Liberadas
las lágrimas se confunden
con la lluvia.
Ambas son benefactoras.
Se necesitan
y hacen bien.
Más tarde
sale el sol.
Quedan
pocos rastros.
Se cierran
los paraguas.
El cielo se refleja
en los charcos.
Ahora río,
y acaricio
a un bonito
gato callejero.