En mis momentos de angustia,
cuando me invade el dolor,
deja la desolación
una herida muy profunda;
sin embargo, no me abruma,
su presencia es muy fugaz,
sé que todo pasará
pues mi escudo es tu ternura;
y con tu luz todo opacas,
no hay pena que perdure,
de mi oscuridad me salvas
mi depresión la sacudes,
eres esa alma de mi alma
el amor que me consume...