Alfredo Saez

-El egoísta e indigno Emperador-

 

Bípedo de pensantes misterios

te dieron el caballo y sus amores

largo trote constructor de Imperios;

dóciles rebaños a nómades pastores

mansedumbre de lanas contra fríos

más los bosques de frutas y maderas

protección solar en sotos umbríos

y asi dominaste especies en las eras.

Tú, en cambio, petulante ¿qué diste?

Nada. Apenas se escuchó grave tu voz

cuando altivo y medroso solo hubiste…

 de re-crear ¡infierno y paraíso de Dios!