En la lúgubre noche con los cantos de grillos
arrastrándose suave van aquellos tigrillos.
Y en la rama cantando clama aquella cigarra
anunciando cual gritos que en el alma enguijarra
el dolor que no suelta porque duro lo amarra
al coraje que siente cuando el mal la desgarra.
Todo grillo que canta lleva llanto y tormento
la cigarra cantando canta un triste lamento.
Viendo el tigre que mete la trompa hasta en bolsillos
y en sigilo sus fauces rumiando lo que agarra
porque no les importa causar más sufrimiento.
¡Cuánta fiera en aumento!
Ya la casa está llena de tigres y panteras,
las cigarras y grillos cantan, ¡fuera esas fieras!