Llorar,
afilada la luz
abre un lago
en la verde pupila.
Llorar,
derramar rosas muertas
en los devastados
jardines del alma.
Llorar,
a solas,
a secas,
arrancar el amor
de mi mar interior
como perla
que adorna el dolor
y la pena.
Llorar,
sin hombros,
sin brazos,
sin pecho,
sin manos
que me donen
consuelo.
Llorar,
crear un charco de gritos
en la acera,
en el suelo.
Llorar
mil lunas,
llenar el pañuelo
de arenas oscuras,
de alondras sin vuelo.
Llorar,
cavar zanjas en los ojos
y en el corazón
agujeros.
Llorar
de cerca,
de lejos,
romper con el llanto
el espejo
que acoge
congojas y duelos.
Llorar
soledades infinitas,
infelices universos.
Llorar
sangres, golondrinas,
derramar
soles y cielos.
Llorar
por ti,
por mí,
cerrar los párpados
y quedarme ciego
de tanto llorar.