La muerte es parte de la vida;
pero es lo que más se teme…
La última hora
Comienzo en muerte lenta,
admiro esas calles, como venas,
un panorama intranquilo asecha,
y no soy quién para llorar
o volver la cabeza.
Empiezo a sentir cobardía,
dolor por un daño,
a aquella flor tan delicada,
que arranque sin pensarlo
o por tratar de detener,
el viento con las manos;
más, ya estoy muriendo
y conmigo la nostalgia se ha aunado,
amenaza con borrar,
los recuerdos de tus labios,
que en este mortuorio silencio,
sólo eso me alienta,
a caminar entre los muertos,
porque sé, que allí,
me estas esperando.